La lluvia trajo esperanza a este país golpeado por las llamas… Pero como que se que terminó yendo un poco al otro extremo.
Australia viene de uno de los incendios forestales más grandes en su historia. De hecho, no se tiene memoria de uno de tal magnitud y gravedad que haya ocurrido previamente. Las millones de hectáreas afectadas, las millones de vidas animales pérdidas y las 20 personas que han fallecido por estas gigantescas y devastadoras llamas, nos hablan de un fenómeno, de una tragedia, que es difícil de hallarle algo con que compararle.
Pero eso cambió en estos últimos lluviosos días. Y hasta en un principio hasta se pensó que la condición climática de Australia se iba a estabilizar, pero ese no ha sido el caso.
Ya que lo que partió como una tímida y amable lluvia en Sydney, Melbourne y Canberra, se ha transformado en una tormenta con granizos del tamaño de una pelota de tenis en los últimos días.
Llegando a ser blancos de estos, vehículos y techos, que se han visto destruidos por la magnitud de esta nevazón. Es como si el clima de ese país isla estuviera totalmente desbocado y fuera de control.
Tras el calor sofocante, junto con un sol que pareciera poder derretir a uno, e incendios voraces que consumen todo a su paso, vinieron grandes tormentas eléctricas. Del humo a las nubes, de los pesados rayos del sol a la lluvia y granizos.
Con ráfagas de 112 kilómetros por hora y con dos centímetros de profundidad de agua por las lluvias en menos de 30 minutos, este evento metereológico que partió como una señal esperanzadora, pasó a ser un nuevo foco de problema para los australianos.
Posteriormente, mucha gente empezó a compartir imágenes de la nueva imagen de sus hogares tras la tormenta. Siendo uno de ellos, el actor Russell Crowe, quien a través de Twitter compartió dos imágenes de su granja en Nueva Gales del Sur: una antes del fuego y una post lluvia.
A pesar de su magnitud, estos vientos y lluvias trajeron esperanza a la golpeada población australiana.